Las funciones ejecutivas son un conjunto de procesos cognitivos que nos permiten gestionar y coordinar otras habilidades mentales para realizar tareas complejas, tomar decisiones y controlar nuestro comportamiento en función de objetivos a largo plazo.
Estas funciones son cruciales para la resolución de problemas, la planificación, el autocontrol y la organización de nuestra vida diaria.
Las funciones ejecutivas son fundamentales tanto para el aprendizaje como para la vida diaria, y mejorar estas habilidades puede tener un gran impacto en la capacidad de una persona para alcanzar sus metas.
En el programa MENTE MAESTRA utilizaremos diferentes juegos mentales que potencian las funciones ejecutivas, como el control inhibitorio, memoria de trabajo, atención, flexibilidad cognitiva, toma de decisiones, organización, planificación, autocontrol emocional, etc.
Porque adaptarte al cambio es una habilidad indispensable hoy. La flexibilidad cognitiva te permite soltar viejos esquemas y aprender rápido nuevas herramientas, manteniéndote vigente.
Porque tener claridad mental te permite seguir disfrutando la vida con confianza. Un cerebro entrenado no solo te da lucidez, también te da seguridad para vivir con propósito, alegría y autonomía.
Es la capacidad de establecer metas, diseñar un plan de acción para alcanzarlas y organizar los pasos necesarios.
Ejemplo: Planificar un proyecto escolar o laboral, organizar los pasos para estudiar para un examen.
Implica evaluar diferentes opciones y escoger la mejor acción a seguir, considerando las consecuencias a corto y largo plazo.
Ejemplo: Decidir qué actividad realizar primero en el día, elegir entre diferentes opciones de carrera profesional.
Es la habilidad para controlar impulsos y resistir distracciones para centrarse en lo que es más importante en una tarea.
Ejemplo: Evitar revisar el teléfono mientras trabajas, resistir la tentación de interrumpir a alguien durante una conversación.
Se refiere a la capacidad de retener y manipular información temporalmente mientras se realiza una tarea.
Ejemplo: Recordar una lista de instrucciones mientras las sigues, mantener en mente varios pasos de un proyecto mientras trabajas en él.
Es la habilidad para adaptarse a nuevas situaciones, cambiar de estrategia o ajustar pensamientos cuando las condiciones lo requieren.
Ejemplo: Cambiar el enfoque de estudio si la primera estrategia no funciona, ajustarse a un cambio en el horario de trabajo.
Se refiere a la capacidad para identificar un problema, pensar en soluciones posibles y aplicar la mejor opción para resolverlo.
Ejemplo: Encontrar una solución cuando un plan no sale como se esperaba, resolver un conflicto entre compañeros de trabajo o amigos.
Implica estructurar y ordenar información o tareas de manera eficiente para alcanzar los objetivos.
Ejemplo: Organizar el espacio de trabajo o la mochila, planificar la agenda de la semana para gestionar múltiples responsabilidades.
Es la capacidad de regular las emociones para evitar reacciones impulsivas que interfieran con las metas a largo plazo.
Ejemplo: Mantener la calma en situaciones de estrés, no dejarse llevar por la frustración al enfrentarse a un desafío.
Se refiere a la capacidad de seguir el progreso de las acciones y corregir el rumbo si es necesario para alcanzar los objetivos.
Ejemplo: Evaluar si se está cumpliendo el plazo de entrega de un proyecto, revisar si una solución a un problema está funcionando.
Consiste en concentrarse en la información relevante y suprimir la que no lo es, permitiendo que el cerebro gestione los recursos de manera eficiente.
Ejemplo: Escuchar una conferencia mientras se ignoran las distracciones alrededor, centrarse en una tarea específica en medio de un ambiente ruidoso.
Potencia la memoria espacial y la capacidad de retención de información
Reducción del estrés
Mejora de las habilidades de resolución de problemas
Aumento de la capacidad de atención
Reducción de la impulsividad
Prevención del deterioro cognitivo
Mejora de las habilidades motoras
Desarrollo emocional y social